El guerra contra las drogas mexicanas es una problema principal en el país. Es una problema con los cárteles de las drogas que están luchando el uno del otro para el control regional y contra el gobierno y los grupos de vigilantes civiles. Problemas con los carteles de drogas han existido para algunas décadas, pero desde 2006 cuando los militares mexicanos intervinieron, el gobierno ha enfocado en la violencia mucho más. Existe mucha violencia porque los carteles luchan por el control de las rutas del narcotráfico en los Estados Unidos y de los estados mexicanos. Ahora los carteles domina el marcado de drogas ilícitas y en 2007 controlaba el 90% de la cocaína en los Estados Unidos. Aunque está estimado que las ventas de drogas son desde 13.6 billones a 49.4 billones anuales, la violencia extrema está poniendo en peligro la inversión extranjera en México. 

Mucha de la situación dirige a un violación de los derechos humanos. Muchas veces los cárteles se infiltra el gobierno y el cuerpo de policía para tenerlo de su lado. Las políticas de control de drogas dan el poder a los militares para llevar a cabo control las operaciones de droga y promulgar la política, pero la policía y los militares han sido acusados de cometer violaciones de los derechos humanos para hacerlo. Los usuarios de drogas y trabajadores sexuales han sido vulnerables a estas violaciones y están especialmente dirigidos. Gente indefensa en la pobreza también han sido. Las fuerzas policiales también violan los derechos humanos con el uso de la tortura, amaneras y detenciones ilegales.